8 de mayo de 2007

Galleguizándome

Después de atender la mesa fui a la cocina con la orden y le grité al cocinero: "Unos macarrones y le siguen una cazuela de calamares a la romana".
A los 5 minutos suena la campanita, voy a la cocina a buscar el pedido, lo agarro y lo llevo a la mesa. Vuelvo a la cocina y me encuentro a otro camarero puteando al cocinero preguntándole dónde estaba su cazuela de callos y sus judías pintas con pimientos verdes. Empecé a dudar. Lentamentre, caminando para atrás pa que no advierta mi presencia vuelvo corriendo a la mesa y con sólo ver la cara del cliente me dí cuenta y se los saqué y dí al camarero mientras me gritaba (todos gritan). Vuelvo a la cocina y veo mis dos platos intactos ahí esperándome. Por las dudas, creyendo que ya todo era posible, le pregunto al cocinero: "¿estos son mis macarrones y la cazuela de calamares". Cuando me dí cuenta que sus gritos querían dejar en obvio que efectivamente lo eran los agarré y me fui a la mesa. Cuando llego y se los dejó en frente el cliente me dice: "pero que yo no he pedido ésto". Y le dije: "Que sí, que usted a pedido ésto y acá está". "No, yo sólo pedí un bocata de fuet (fuet = salame) y una caña. Estaba perdido en un restaurante con un plato en cada mano y sin saber a quién dárselos... Uno por uno, mesa por mesa "¿usted pidió...?"...

1 comentario:

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAA
QUE GRACIOSO
QUE INCOMODO
QUE CULIADO.
UN ABRAZO MANO LOS QUIERO.SURTE.