26 de mayo de 2007

Entre el dedo de Dios y el dedo de Adán

Esto que soy, que me posee, que me llena de mí, de eso que me determina y define. Esto que “me tiene”, que me hace mirar y mirarte a los ojos, que en su búsqueda me aleja, que en su luminosidad quita claridad, que no veo sino que percibo. Esto que ya no puedo esconder, que me desborda por la mirada, siempre por la mirada, que me hace amar, descubrir un horizonte en el cual verme reflejado, hallar una migaja de paz en la convulsión glandular, saber –privilegio absurdo-, sí, saber que soy.

Golpea la música escrutando acústicas en mi corazón. Me mareo en su danza, me pierdo en su locura y vuelvo a ver luz. Luz diáfana, pulcra, que abarca espacio y seduce tiempos. Música que golpea contra mi aliento párvulo, mi aliento incrédulo, mi aliento sin voz. Música que recorre y se apodera de mi voz, que da melodía, y tono, y suspiro, y sendero a mi voz.

Esto que soy, que vuelvo a ser, que me agobia y envuelve. Esto que habla con palabras rotundas y cabales. Palabras como puentes hacia aquella dimensión en la que se funda mi unicidad. Palabras y más palabras que me desconocen y aún no hallan morada y transitan por mi cuerpo, descuerpándome, y se retuercen, llenas de furia, hienas salvajes, muerte que procrea.

Esto y aquello, seguro lo otro. Todo se reduce a lo que se expande y condensa para concretarse en su realidad. Todo me vive y esto me habita. Mi cuerpo es devorado por las hienas y así las alimento y las nutro y soy ellas. Y soy ellas porque es la única manera que tengo de ser yo. De ser esto que me toca ser, de ser lo que apenas puedo ser.

Cierro los ojos al hombre, cierro los ojos a Dios, pero porque soy hombre, soy Dios, soy nexo, vía, sendero, conexión íntima entro lo que intuyo y lo que experimento. Soy aire espacio y tiempo entre el dedo de Dios y el dedo de Adán. Soy esto amorfo, como mucho indefinible, sin duda real. Y en mi realidad, lo que logro ser, nunca alcanza.

23 de mayo de 2007

Barcelona profunda (mente salvaje)

Me terminé haciendo amigo de una mujer que iba casi todas las mañanas a desayunar a la terraza del restaurant. La primera vez que la atendí, como era claramente angloparlante, le pedí que no hiciera esfuerzos en tratar de hablar en español y me dejara practicar mi inglés. Así, cada mañana charlábamos 10 minutos (en bruto, entre idas y venidas) hasta que nos hicimos amigos un día en que me preguntó por qué había ido a Barcelona, qué buscaba, qué me gustaba... y ella me contó que tenía una galería de arte en la que organizaba pequeños eventos musicales, culturales... Le conté todo y le dije que estaba buscando alguien que me enseñara a pintar. Me dijo que empezábamos la semana que viene. Nos reíamos mientras el gallego me gritaba desde la barra. Ese día me invitó a la galería que iba a ver un show de varios personajes que actuan por Las Ramblas (como un boulevar, el más turístico y famoso de Barcelona, donde están todos los guiris -= gringos-).
La galería está a 3 cuadras de casa. Sobre la calle hay una gran arcada cerrada en una fachada que no dice mucho. Pero al entrar te encontrás en un patio interno con una segunda fachada increíble en frente y otra arcada más pequena con puertas de hierro forjado. Arriba, también de hierro, un letrero: The Arc, art galery. Después me contó que ese lugar eran las caballerizas del palacio de verano de los reyes hace unos cuantos años.
Habrían unos 20, 25 espectadores. Y arrancaron los shows. Todos cómicos. Eran números de lo más variado: actuaciones absurdas, magos falsos, dos minas que tocaban y cantaban música de los años 20 y 30... También hizo su número un auténtico tragasables. Increíble. Fui, en el intervalo, y agarré los sables (derechos y curvos) y efectivamente no se encogían en la boca, como yo pensaba. Ese tipo se los metía hasta el esófaco, 40 y 50 cm de metal filoso dentro de su cuerpo. Alusinante. También se metía una manguera medio curva, flexible, con una lamparita en la punta y se le iluminaba abajo de las costillas... Una locura. Me sentía dentro de uno de esos programas de televisión que van a los lugares más salvajes del planeta a ver qué boludeces hace la gente. Había otro pibe que se metía un tornillo largo en la nariz y se empezaba a martillar, metiéndoselo cada vez más; después agarró un alambre, se lo metió por la nariz y doblándolo se lo sacó por la boca, y tiraba de un extremo y luego del otro... Los que veíamos eso gritábamos y gemíamos de asco y dolor... ja! Muy fuerte. Después apareció otro que le gustaba mutilarse. Lo primero que hizo fue meter la mano en una de esas trampas para cazar zorros, por ejemplo. También, con una ratonera de las grandes se "atrapó" la lengua!!! La lengua!! Qué dolor! Después se colgó de las dos orejas una mancuerna de 5 kilos y empezó a dar vueltas, cada vez más rápido, y la mancuerna volaba haciéndole cada vez más presión y nosotros gritábamos del dolor que sentíamos en nuestras orejas... Una locura! jaja Cuando terminó este, en vez de pasar la gorra, salió con una de esas abrochadoras de maderas (esas que disparan) para que le abrocháramos los billetes en el cuerpo... Adelle, que los había conocido el día anterior y les propuso hacer eso, lloraba del asco y del dolor ajeno...
Después me fui, estaba muy cansado y tenía que madrugar. Adelle me contó que siguieron hasta las 4 am, después más civilizadamente, cantando y tocando. Una experiencia increíble. En un momento me sentí identificado con el pibe al que le gustaba mutilarse porque después de lo de la ratonera dijo: "¿Saben cómo me doy cuenta que realmente estoy en Barcelona y no en cualquier otro lugar del mundo? No sólo porque aún nadie haya llamado a la policía, ni porque ninguno se haya parado e ido, sino porque nadie, ninguno de uds. me gritó: "¡¡para!!". Y yo a la vez pensaba que estaba en un ex palacio real, en una galería de arte viendo estos freaks y decía: "sí, hoy más que nunca estoy en Barcelona".

8 de mayo de 2007

El Camarero

Empecé a currar de camarero. Todo una experiencia... Es como un curso intensivo donde aprendes todo lo relacionado a Barcelona, o España. Está bueno, pero no puedo más. Estoy muy cansado. Recién ahora me pongo a escribir estas líneas que no van a ser muchas. Trabajo entre 10 y 16 horas según el día, siempre a los pedos, siempre de pie y caminando. Es tremendo!!! Pero me divierto, un poco, y me re interesa todo lo que veo y experimento ahí. Además practico un poco el inglés... Es un restaurante que se llama El Rincón de Galicia. Los que trabajan ahí son el prototipo de gallegos, con esas carotas, esos bigotes, esas boinas, esos gritos... Me cagan a pedos. Ya aprendí bastante, ahora se puede decir que me manejo con autonomía, pero ser camarero es un mundo, es hasta complicado...
Lo milagroso es que aún -aún- no rompí nada... Todo pasa por la cabeza. Cuando sabés que eso es lo que te da de comer algo pasa adentro del bocho que te hace manejarte como lo necesitás...
Estos españoles desayunan vino, whisky, cerveza, toman el café con hielo y nunca hablan de política en el restaurante, que también es bar, y mesón, y pub...
Lo difícil es el idioma. Es distinto el idioma... Cada verdura, fruta, cada uno de los platos que preparan, todo tieme un nombre distinto al que yo les daba. O nombras que me suenan pero que no sé lo que es, por ejemplo: garbanzos; conozco la palabra pero no sé qué es un garbanzo... No sé a qué mierda se refieren cuando me piden un Solomillo con Bravas o una Butifarra a la mallorquina. Además las formas de prepararlo... En fin, mil ejemplos que me dejan culo pal norte. Ni te cuento si además te lo piden en catalán!
Empecé el viernes a las 7.30 am, como todos los días. En bolas completamente. Yo, inhibido y atento al máximo para tratar de descifrar lo que me decían y no aparentar que no tenía ninguna experiencia de camarero, para que no se dé cuenta el jefe que le había mentido, miraba cada gesto, cada palabra, amagaba a agarrar algo y si me miraban con cara de "qué mierda está haciendo este pibe", lo acomodaba como diciendo "obvio que no es esto lo que me pedías, ya lo sabía"...

Bin Laden on the rocks

Iba a atender mi segunda mesa, un catalán, viejo y cabrón, a las 9am y cuando le pregunto al viejo choto éste qué iba a tomar, me dice: "tráeme un Bin Laden". Haciéndome el boludo le pedí que me repitiera: "Un Bin Laden", ya con mala onda... No sabía qué hacer, estaba quedando como un pelotudo parado al lado de este viejo pensando que yo no se lo podía traer a Bin Laden... Para no quedar como el tuje frente al jefe, como un pollito mojado volví a repreguntarle, suave como un doncella, qué mierda era lo que me estaba pidiendo: "Pues que no oyes, eres sordo o estúpido, que me traigas un Bin Laden coño! Joder, que no se puede creer..." Me quería matar. Quería empezar a correr y no volver más. Fui, sintiendome el más boludo hasta la barra, donde estaba el gallego cabrón a decirle una estupidez, pero no tenía otra opción. Fui lento, metiendo cola, con cara de vergüenza y de boludez asumida (esa que te humilla) y llegué a la barra. Lo dije todo rápido y dándome vuelta: "un binaen", y empecé a irme. "Qué qué has pedido": Me quería matar. De vuelta, dándome vuelta como yendo apurado a otro lugar "un binaen", con cara de "obvio". "Puesh coño que no te entiendo!!". Ya no tuve escapatoria. Lo miré con cara de "sí, soy un estúpido, merezco tu humillación" y le dije: "bueno... ¡me pidió un Bin Laden". Me re puteó. "Pero cómo te va a pedir un Bin Laden, que no seas bruto, chaval, que no te enteras de nada, por qué no te espavilas un poco, joder, ve a preguntarle qué quiere". Volví, con el autoestimaba violada, ultrajada, una vez más a preguntarle al viejo de mierda qué quería. Me gritó que quería un Bin Laden y después se hizo la luz: "¡¡Un Bin Laden, joder. A ver si te enteras (y separando las sílabas dijo:) UN UIT LA BEL" Un uit label. Fui a la barra, tranquilo, pensando en que si el gallego me puteaba lo mandaba a la mierda, que así nomás me iba a casa pero antes le rompía toda la vajilla y en la cara le dije: "Quiere un uit label" "Ahh! un uit label", dije el gilipollas como si fuera obvio. Y me enteré qué era un uit label cuando sacó del armario un Johnny Walker White Label (es decir, etiqueta blanca, que yo no conocía). Ahí ya me tomaron como el inmigrante retrasado e inadaptado... Pero de a poco, se están empezando a acostumbrar a mí.
Y yo a ellos.

Galleguizándome

Después de atender la mesa fui a la cocina con la orden y le grité al cocinero: "Unos macarrones y le siguen una cazuela de calamares a la romana".
A los 5 minutos suena la campanita, voy a la cocina a buscar el pedido, lo agarro y lo llevo a la mesa. Vuelvo a la cocina y me encuentro a otro camarero puteando al cocinero preguntándole dónde estaba su cazuela de callos y sus judías pintas con pimientos verdes. Empecé a dudar. Lentamentre, caminando para atrás pa que no advierta mi presencia vuelvo corriendo a la mesa y con sólo ver la cara del cliente me dí cuenta y se los saqué y dí al camarero mientras me gritaba (todos gritan). Vuelvo a la cocina y veo mis dos platos intactos ahí esperándome. Por las dudas, creyendo que ya todo era posible, le pregunto al cocinero: "¿estos son mis macarrones y la cazuela de calamares". Cuando me dí cuenta que sus gritos querían dejar en obvio que efectivamente lo eran los agarré y me fui a la mesa. Cuando llego y se los dejó en frente el cliente me dice: "pero que yo no he pedido ésto". Y le dije: "Que sí, que usted a pedido ésto y acá está". "No, yo sólo pedí un bocata de fuet (fuet = salame) y una caña. Estaba perdido en un restaurante con un plato en cada mano y sin saber a quién dárselos... Uno por uno, mesa por mesa "¿usted pidió...?"...

3 de mayo de 2007

Mi hermana Cande está embarazada.
Va a tener un hijo. Un hijo!
Está embarazada.
Voy a ser tío, voy a tener un sobrino.
Está embarazada!!
Y ahora vamos a ser 13: 2 abuelos, 2 papás, 7 tíos, 1 madrina, 1 cuñada y 1 sobrino.
Qué loco...
Qué fuerte...
Qué embarazada...

2 de mayo de 2007

El festejo

El lunes a la noche vinieron algunos de nuestros amigos a festejar el cumple. Salió lindísimo. Éramos como 10, 12, tomando unos vinitos, escuchando música y sobre todo, charlando mucho. Nos divertimos a lo grande. Mientras estábamos ahí iba mirando a cada uno, medio abstraído del lugar y del momento, pensando en lo rara que se me hacía esa situación. Esos que estaban ahí, festejándome, eran mis amigos, personas a las que conozco hace pocos meses, no había ninguno de esos con los que me hubiera imaginado que pasaría mi cumple, eran todos "nuevos", una rusa, dos catalanes, un vasco, dos colombianos... a los que les contaba de mi vida e historia que ellos no conocen. Si no es casualidad que nos hayamos conocido en Barcelona significa que estamos destinados a una gran amistad. Estaban acá por que me quieren y porque yo los quiero, porque lo que nos importa es que nos encontramos, no el pasado de cada uno sino el futuro que vamos a vivir juntos. Lo que importaba era que cada uno de los que estábamos lo había elegido y había peleado por eso. De la misma forma que yo, ellos también estaban lejos de sus flias, de sus amigos de siempre, de su barrio... Y eso generaba una complicidad entre todos nosotros, una camaradería tal que te hacía sentir acompañado, comprendido, querido.
El lunes, cada uno de los que estaban aca sabía que su patria era esta, los amigos y amores. Porque la verdadera patria es la del corazón, los afectos. ¿Qué tiene de patria las tierras que encierran las fronteras de mi país? Nada. Si mi flia y amigos se fueran de Argentina, lo único que me uniría a ella sería un simple cariño, un recuerdo cálido... Son estos amigos los que me hacen sentir que tengo un lugar en Barcelona.
Fue un lindo festejo, con mucho sentimiento. Fue el primer cumpleaños lejos y conviviendo con Titi, que ahora es mi familia. Fue un cumpleaños feliz.
Les muestro algunas fotos para que conozcan a algunos de los amigos.
Cumple