31 de marzo de 2008

Con Turandot

Y volvimos a Barcelona, como cualquier matrimonio novato, llenos de ilusión y entusiasmo, PERO CON UNA HIJA!!!
Mi hermana Turi está de visita por acá, un par de semanas, antes de partir para la India, más o menos por 3 meses. Después regresará a laburar, juntar unos euros para volver a viajar pero a África a buscar instrumentos de percusión étnicos. Estamos felices de que esté aquí, viviendo en nuestra casa, conociendo nuestros lugares, nuestros amigos... El Skype y el messenger están muy bien, el teléfono también, pero para compartir las cosas, para estar cerca: hay que estar juntos.
Ahora estamos en una campaña de manipulación para lograr que Diego, mi hermano, se venga también unos meses. Eso ya sería la hostia!

Seguimos en nuestro vuelo

Volvimos a Barcelona, a nuestra Barcelona, que sabe a nueva. Volvimos a nuestra casa -nuestro hogar-, a nuestro edificio, nuestra calle, nuestra esquina, nuestra verdulería, nuestro bar; volvimos a nuestros amigos de acá (perdón, de aquí), a nuestras cosas, nuestra cama, nuestro inodoro, nuestra noche, nuestras trasnoches.
Nada cambió, salvo que ahora porto en mi corazón el haber vivido el día más feliz de mi vida, hasta ahora, cuando me casé, cuando nos casamos. ¡Qué lindo!
Intuyo que lo que sentimos en estos momentos, la energía que vibra dentro de nosotros, nos auguran un año espectacular que va a girar, más o menos, al rededor de los tantos viajes que tenemos planeados (por ejemplo a Lisboa y a Roma en mayo, a Atenas en Junio...), experiencias fuertes, intensas, cargadas de emoción, riesgos, desafíos, extremos, porrazos; mucha playa, mucha montaña...; y si uno logra conectar con aquella dimensión del corazón que se proyecta como un ángel hacia los demás se alcanzan a percibir lo que te generarán las personas que vas a conocer, las que vas a amar, por las que vas a sufrir. Un año de trabajo, de escritura, de libros, de alguna novela especial llena de búsquedas.
Así estamos, los dos, con el corazón vibrando, expectante, con la boca presta a morder lo que la vida nos ponga enfrente.

Y retomamos esta bitácora por todo lo que necesitamos contarles, por todo lo que los amamos, para que también lo vivan con nosotros.