20 de febrero de 2007

Interesante

Estamos bien. Muy bien. Una de las cosas que más me llama la atención es desde dónde se relaciona uno con los demás. Es decir, acá sos el que querés ser, el que realmente sos, nadie te juzga por quien fuiste, ni tienen preconceptos o prejuicios, no tienen en cuenta la clase social, el orígen, apellido o pinta. Te ven desde el que sos y desde ahí te relacionás. Suena entendible y fácil pero no lo es. Es raro, uno no está acostumbrado. No necesitás representar ningún rol ni papel. Como diría Sandra Mianovich, sos lo que sos (cuac).
Y en ese ser, noto que uno va desprendiéndose sutilmente de lo que el enrrollo anterior te cubrió: vicios en la forma de ser, cosas oscuras, reacciones ajenas, miradas prestadas, y todas esas cosas que uno realmente no es pero que en el trajín se te pegan. Entonces se empieza un proceso de purificación en el que se purga la identidad para limpiarla de lo que no es propio. Así van saliendo, además, sentimientos raros que no tenían lugar ni asidero adentro de uno, palabras gastadas o expresiones ajenas, deseos, sí, deseos que se intuían propios...
Es un proceso interesante.
Hoy Titi tuvo una entrevista de trabajo, grupal, en una empresa de consumo masivo, para el área de MKTG, y por supueto no sabe bien cómo le fue. Son una caca (palabra dedicada a Tilson) las entrevistas grupales. Esperaremos la llamada del viernes para ver si pasó de instancia.
Por mi parte, hoy hablé con un contacto que me traje de allá, dueño de una consultora interesante de comunicación y tengo entrevista, también, el viernes. Ya veremos. No tenía muy buena onda el pibe.
Pero cuando hablé con él, sentí lo mismo. No me podía relacionar con él desde el mismo lugar que lo hubiera hecho en Buenos Aires. Acá de lo único que me puedo valer es de lo que soy, de lo que encierra mi aspecto y mi intelecto. Desde mi unicidad hacia su universo. El único respaldo que tengo es un Curriculum interesante para la Argentina pero de valor sospechoso en España.
No me puedo separar de esta palabra: interesante.

Me invitaron a jugar al fútbol el domingo. Muy bueno. Intuyo, sin embargo, que en ese aspecto las relaciones personales se desarrollan por otras dimensiones y prioridades distintas. En el fútbol sos lo que vales y vales lo que sos. Ojalá pueda seguir relacionándome a través de una pelota de la misma manera que lo hacía en Buenos Aires y en toda mi vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Mano y titi:

Estoy totalmente de acuerdo a que uno es lo que quiere decir que és. Incluso en temas más amplios. Yo he tenido varios trabajos en los que he mostrado mi CV, nadie nunca jamás me pidió un diploma ni llamo a ningún lado. Pero esa certeza de lo que sé está solo en mi cabeza. Hay trabajos que no me animo a tomar porque creo, no tengo la experiencia que pide. Pero es solo inseguridad personal. Si estas listo para ese trabajo, se te injerteran un recuerdo laser en el cerebro de que asististe a clases de eso irradiarías seguridad y creerias y convencerías de que te den el puesto. Si vos ponés en tu CV que trabajaste en Ucrania desactivando ojivas nucleares creo que te contratarían en la una central de desarme nuclear sin hacerte más preguntas. Si sos petisero, y caminas con un pajita en la boca y decís: soooo cuando acaricias al caballo en una de esas convences al caballo de que sos petisero. Si sos muy descarado incluso te podés convencer a vos mismo de que sos un petisero de puta madre (el peligro de darle mucho a la técnica esa es la esquizofrenia). En una epoca yo viajaba en la linea mitre a las 23 hs en el tren a San Miguel. Afanaban tanto que yo me cree un personaje siniestro. Yo era un criminal tipo Scar face, voluble, desquiciado de explosiones arrebatadoras. Yo pensaba: "como estos idiotas se sientan en el mismo vagón que yo. Si tuvieran cerebro me reconocerían y saldrían corriendo. Pues violo y mato para pasar el tiempo. Nunca me robaron. Yo era de temer...
Lo de empezar de cero sin prejuios es tal cual y de que sos lo que hay en el instante. Eso se experimenta en el acto al aterrizar en un sitio nuevo. Cuando llegás a no entendés ninguno de los códigos ni los demas entienden los tuyos. Es cierto que en España a diferencia de america latina (arg, chile, Brasil, etc) no existen rasgos físicos que te den a entender un origen social. El principe o el basurero pueden tener ojos claros y medir 1,80. Lo unico que tenemos y que nos pertenece es el mobiliario de nuestra cabeza. Pero aparte de eso sucede que nuestros cerebros están programados para reconocer miles de datos paralinguisticos que te dicen todo de la persona. No me preguntes como pero sos capaz de diferenciar a un chico cheto vestido de linyera en la popu de Boca del resto. Actitudes, prestancia, etc. Cuando un español te ve por primera vez no reconoce ninguna de tus características, no sabe si sos un argentino cheto, muerto de hambre, de Santiago del Estero, de Ushuaia. No sabe nada. Cree que tenes mucha verborrea y (si es chica que tu tonada es dulce). Eso hace que te mire de cero. Al principio te pasa lo mismo a vos. Cada vez que ves un español no te avivás de nada. Si es de tu palo o no. y te obliga a estar abierto y a no ser prejuicioso.
Te predigo otro shock más. Cuando vivis una experiencia no hay vuelta atrás. Como la caja de pandora. Parte del proceso del exilio -no se si para bien o para mal- es darte cuenta de que sos un ciudadano del mundo, que todos los sitios te pertenecen. Pero también el terror de saber que saliste de tu aldea y que ya no perteneces a ningun lugar. Qué sos? un argentino? un europeo? un español? yo no soy nada de eso, no se.

cariños

Manuel IBrown

Anónimo dijo...

Grande Manu! Totalmente de acuerdo. Cerraste la idea, gracias.
Es muy raro este proceso, muy interesante; y te mantiene en un constante trabajo introspectivo intensísimo, de definición u orientación.
El otro día pensaba -y lo voy a tener que escribir en el blog- que el concepto de patria no tiene nada que ver con las tierras que encierran las frontares de la Argentina. La Patria es algo más abstracto y más personal. Me imagino que cuando me suceda lo que predecís, de sentirme ciudadano del mundo, sin pertenecer a una aldea, siempre vas a tener tu patria, es decir, tus afectos, tus amores, tus lugares seguros, la cabeza de alguien que te ama y que aún te sostiene en su recuerdo. De la misma forma es patria tu origen particular, de dónde venís, de dónde saliste, en dónde dejaste parte de lo que sos para constrirte. Y no me refiero al origen territorial, sino a uno más amplio.
Quizás ésto sea una justificación precoz, de miedoso, para soportar el ser huérfano de aldea, de lugar. Pero algo de ésto debe haber...
Manu, gracias por vivirlo conmigo. Te mando un abrazo fuertísimo y ya te iremos a visitar a Madrid.

Mano

Sancaio dijo...

Manooooooooooooooo
Tiiiiiiiitiiiiiiii
Los extrañoooooooooo