17 de julio de 2007

6 meses

La distancia te ablanda...Te hace ser un sentimental tipo abuelo impidiéndote razonar con claridad sobre lo lejano porque hay ciertas cosas que directamente dejan de importarte.
Antes de venirme pensaba, como todos, en aquellas cosas que sucederían, en las cosas que "echaría de menos", en las que me perdería, en lo que estaba dejando... Y también, por supuesto, en las cosas que ganaba con la partida, en lo que me enriquecería, lo que aprendería, lo que disfrutaría y tantos "rías" más...
Pero pocas cosas fueron como las imaginaba. Pocas o ninguna. La magnitud de los diferentes sentimientos es completamente distinta a la que intuía. Hay cosas que se te plantean que jamás imaginaste. Cosas que creías iban a ser detalles no te dejan dormir; cosas que pensaste podrías manejar, te desquician; cosas que estabas seguro que te iban a hacer feliz, apenas si te sacan media sonrisa.
Nada es como pensaba.
Nada es como piensan uds que es.
Y eso, quizás, sea lo más doloroso: no poder compartirlo con Uds., más que a través de estas palabras de mierda.
Sí, el balance es rotundamente positivo, enriquecedor y sumamente interesante. Somos alegres y estamos armando la vida que soñamos donde quisimos.
Tenemos la fuerza y el coraje de lanzarnos de lleno a lo que se nos antoja.
Sé que en este ablandamiento del corazón, se me está endureciendo.
Siento de manera patente cómo voy cambiando día a día, dejandome, capturándome.
Estos 6 meses pasaron revueltos en experiencias maravillosas y, aunque sólo 6, ya no soy el mismo.
Hay vida en mis dedos, en mis manos, en mis pies, en mis pasos, en mis ojos cada vez más inquietos.
Y las palabras cada vez son más cortas, más simbólicas, más ignominiosas. Hienas.

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