10 de octubre de 2007

A la Ciudad Luz

El jueves 27 partimos con Titi hacia Paris, donde al día siguiente nos encontraríamos con papá. Era la primera vez que salíamos de España desde que estamos acá. Y pedazo de viaje que nos mandamos!!
Fue lindísimo volver a ver al viejo, charlar, divertirnos, pasear, estar todo el día juntos. Pero nuestro viaje tenía otro motivo, más allá del familiar: ver a los Pumas en el Stade de France contra Irlanda.
Esos primeros días paseamos, conocimos algunos lugares emblemáticos de Paris, caminamos, comimos, sacamos fotos, pero más que nada hablamos. Fue lindísimo.
Paris, como todos saben, es increíble. Llena de magia, de romanticismo, de cinematografía, de dulzura, pero sobre todo, llena de turistas.
Paris

En cada lugar se respiraba rugby, veías camisetas de todas las selecciones, todas las TV pasaban partidos o resúmenes o comentarios y debates; la Torre Eiffel, en el medio, tenía una pelota gigante de rugby, y a los pies de la torre: Rugby Town, una carpa muy grande donde a toda hora pasaban todos los partidos, venden cerveza, merchandising y revenden tickets. Un claro lugar de encuentro (del que hicimos un correcto uso).
El día del partido fue buenísimo. Lo dedicamos enteramente a eso: al partido. Fuimos temprano al estadio, a comer a un bar de al lado y después la dejamos a Titi ahí, rodeada de irlandeses, y entramos.
Fue acojonante la hinchada irish cantando el himno a cada momento (40.000 irlandeses malditos), los franceses insoportables que iban vestidos de verde y los argentinos, que cuando nos poníamos a cantar encendían la música del estadio para que nos calláramos. Pasamos por momentos muy malos, de angustia, de dolor, de miedo (todos los sentimientos que hacen que la vida sea chota) hasta el minuto 73 en el que los irlandeses ya no podían hacer nada. Esa noche, por un amigo de papá que se encontró en Rugby Town, nos fuimos al hotel donde estaban festejando Los Pumas. En la entrada los de seguridad nos prohibieron entrar y papá volvió a llamar a su amigo para pedirle que hiciera algo, que nos dejaran entrar. Estaba lleno de hinchas. A los dos minutos aparece el amigo de papá con Felipe Contempomi que le dice al de seguridad: él, él y ella, adentro. Los otros hinchas que estaban ahí no lo podían creer (al igual que nosotros). Fue muy lindo estar ahí, tranqui, tomandose un trago charlando con todos los pumas, escuchando los comentarios, anécdotas... Fue buenísimo.
Argentina - Irlanda

El lunes de madrugada partimos para Barcelona.
Estuvimos de lunes a viernes, con papá, en casa. Como yo tenía vacaciones pudimos tener mucho tiempo juntos.
Estuvo bueno porque conoció "nuestra" ciudad, a nuestros amigos de acá, pasar por los lugares que nosotros frecuentamos, conocer nuestra vida.
Nos pegamos panzadas de mariscos, trasnochadas llenas de fernet, caminantas, bicicleteadas...
Una semana espectacular.

Y después...

1 comentario:

Anónimo dijo...

que vicionario...que bien estuviste en insistir tanto para que vean el mundial.
son parte de la historia de los pumas
mama y falu