17 de julio de 2008

Y, finalmente, me dejó

Sabía que un día u otro se daría cuenta y me dejaría. Nunca pensé que sería tan pronto...
Se fue y me dejó sólo a merced de esta desquiciada ciudad: no respondo de mis actos y/o tentaciones en las que pueda sucumbir.
Podrían objetarme que sólo se fue por dos semanas, que no es que me dejó sino que sencillamente fue a hacer unos trámites a Buenos Aires. No me importa, para mí, como yo lo siento, me abandonó. Me abandonó...
Ya no me afeitaré, tampoco me bañaré. Me voy a emborrachar todas las noches hasta las 5 de la mañana y me despertaré cada día cuando el sol esté poniéndose. Ya no me importa nada, ya nada tiene sentido.
Saldré a caminar por ahí, desquiciado de madrugadas, a hablar con linyeras, a dormir entre latas de cervezas y papeles de diarios que hablen de niños abandonados, de huérfanos. Caminaré tanto, pisando a conciencia sobre los charcos y el barro, hasta que se me junte en las uñas de los pies tanta mugre que ya me de lo mismo usar o no estas ojotas. Me apuntaré a una pandilla de rateros marroquíes para robar carteras a jubiladas y boletos de lotería a ciegos. Comenzaré a repartir, ad honorem, como un furtivo dealer, alusinógenos adulterados y bebidas fermentadas en Las Ramblas.
¿Qué más da? Nada de lo que me inflija será lo suficientemente tormentoso como para que me sienta castigado por haberla dejado alejarse de mi.
Siento que ya no soy el mismo. Siento que ya no soy. Siento, siento tanto.

Volvé pronto!!!!

No hay comentarios: